viernes, 2 de marzo de 2012

Primera Guerra Mundial

Entre 1912 y 1915 se vive en Europa una fuerte carrera armamentística. Tienen lugar conversaciones entre diversos paises europeos para repartirse teóricos frentes de guerra en caso de enfrentamiento armado.
Por otro lado, la monarquía austriaca y los partidarios del movimiento paneslavo muestran un nacionalismo cada vez más radical.
Los nacionalistas eslavos asesinan a Francisco Fernando de Austria-Hungría, junto con su esposa, en Sarajevo (28 de junio de 1914). Pretenden así frustrar los planes del príncipe de formar un estado tripartito, con amplia autonomía, entre alemanes, húngaros y eslavos.
El 28 de julio Austria declara la guerra a Serbia. Fieles a los pactos de alianza previamente firmados, Rusia apoya a Serbia, y Alemania a Austria-Hungría.
El gobierno alemán conmina a Francia a no secundar su apoyo a Rusia. Por su parte, el gobierno británico decide en principio mantenerse neutral, ya que no le resulta ventajosa una guerra en la que pudieran salir beneficiados Francia o Alemania. Pero finalmente deciden que no pueden mantenerse al margen, sino participar con el ánimo de ganar la guerra y no perder aliados, ya que la neutralidad podría dejar a Gran Bretaña en una situación de aislamiento al finalizar la contienda.

Soldados de la Primera Guerra Mundial en una trinchera


El 1 de agosto, Alemania declara la guerra a Rusia y el 3 de agosto a Francia. Italia declara su neutralidad, la cual mantiene hasta el 25 de mayo de 1915, fecha en que se declara en guerra con Austria-Hungría.
El 4 de agosto Reino Unido exige en un ultimátum la retirada de Alemania.
El 6 de agosto Serbia declara la guerra a Alemania. Austria-Hungría declara la guerra a Rusia.
Montenegro (7 de agosto) y Francia (11 de agosto) declaran la guerra a Austria-Hungría.
El 12 de agosto, Montenegro declara la guerra a Alemania y Gran Bretaña a Austria-Hungría.
El 23 de agosto, Japón declara la guerra a Alemania.
El 11 de noviembre de 1918 se firma el alto el fuego en el bosque de Compiègne, con la rendición del bloque germano.
El 18 de enero de 1919 comienza en París el congreso de paz, al que asisten los 28 países vencedores.

Causas de la Primera Guerra Mundial

Existen muchas interpretaciones sobre la primera guerra mundial, pero lo que no cabe duda es que fue un conflicto entre las grandes potencias industriales de la época: entre los grandes imperios. La guerra aparece tras un periodo de escalada armamentística conocida como la paz armada; la guerra fría de la época. Durante la paz armada se generaron dos bloques militares antagónicos, en virtud de acuerdos secretos, los Imperios centrales: Prusia-Alemania, Austria e Italia; y la Triple entente: Francia, Gran Bretaña y Rusia.
Las tensiones en los Balcanes enfrentan a Austria y Rusia. En 1908 Austria-Hungría se anexiona Bosnia-Herzegovina, del Imperio otomano. Sobre este territorio también tenía intereses Rusia. En 1914 es asesinado, en Sarajevo, el archiduque Fernando, heredero de la corona austrohúngara. Austria da un ultimátum a Serbia y le impone unas condiciones difíciles de cumplir.
Oficialmente la causa de la guerra se establece en el Tratado de Versalles, como la voluntad de guerra de Alemania, que quiere imponer su hegemonía en Europa. Sin embargo, la realidad es otra. Las economías europeas están en plena expansión y sus intereses chocan en las diferentes colonias, de sus respectivos imperios. Los conflictos fronterizos en las colonias son muy frecuentes. Alemania no tiene un imperio en ultramar, e intentará buscar nuevos mercados, como el resto de las potencias, y una salida la mar a través del Adriático. El proteccionismo comercial de los imperios, y entre los países, hace necesario buscar mercados privilegiados; y países con materias primas.
Además, la guerra también tiene «la virtud» de dejar en suspenso las tensiones sociales en el interior de los imperios, así como los nacionalismos separatistas que empiezan a florecer.

Consecuencias de la Primera Guerra Mundial

Después de la guerra el mundo ha cambiado radicalmente. Las transformaciones territoriales son enormes y se establecen en las conferencias de París. Desaparecen cuatro imperios: Rusia, Alemania, Austria-Hungría y el otomano. Aparecen múltiples pequeños países, como los países bálticos, los Balcanes o Yugoslavia, y crecen muchos países nacionalistas como Hungría, Polonia o Checoslovaquia.
La paz no se firma en un tratado único, sino que se negocia una serie de ellos que tienen lugar en torno a París, y que se alargan mucho en el tiempo: Versalles, Sévres, Trianón, etc., algunos entran en vigor en 1920.
Los Imperios centrales pierden todas sus colonias, Turquía se desintegra y aparecen los países del Cercano Oriente, como Siria, Iraq, Líbano, Palestina y Transjordania, que quedarán bajo mandato británico o francés.
Las ideologías triunfantes en la guerra son el liberalismo democrático y el nacionalismo separatista, que obtiene unas bases territoriales en sus países, y se afianza ideológicamente; pero también el socialismo revolucionario.
Francia se erige como la gran potencia, cuyas instituciones serán imitadas por los nuevos países. Se afianza la democracia liberal parlamentaria en todo el mundo, y desaparecen todas las monarquías absolutas. Se generaliza el sufragio universal, y se tiende al republicanismo, como en la República de Weimar. Los sindicatos tienen un auge importante, y se tiende a la reforma social y a la revolución. También es la época en la que los feminismos se implanta definitivamente en la sociedad.
La guerra supone el fin de la diplomacia secreta, y se crea la Sociedad de Naciones para regular las relaciones internacionales. La Sociedad de Naciones de concibe como un parlamento internacional de discusión y toma de acuerdos.
Las pérdidas humanas en la guerra son impresionantes, unos nueve millones de personas, más los no nacidos. Unas cifras que son las más altas de la historia, hasta el momento, y que angustian a muchos intelectuales y artistas, que toman partido por las actitudes pacifistas.
Las pérdidas económicas directas son también enormes. Se hizo necesario crear una economía de guerra y un sistema productivo que le sirviese. Ahora hay que volver a adaptar el sistema productivo para fabricar bienes de consumo. Además, el Estado asume las cargas que suponen los numerosos excombatientes. Pero mayores son las cargas económicas que tienen los vencidos, que han de pagar los gastos de la guerra. Debido a esto, el Estado se hace intervencionista en materia económica, a pesar de que fueron los liberales los que ganaron la guerra. Con este panorama económico, se agudizan las diferencias entre la burguesía y el proletariado. El trabajo femenino remite, al comenzar a pagarse salarios más altos. Las mujeres burguesas han descubierto, y demostrado, su capacidad para dirigir el trabajo en las fábricas. La época que sigue se conoce como los felices años 20, pero en realidad sólo son felices para la burguesía y la mediana burguesía.
Tras la guerra caen los valores tradicionales y la moral religiosa, en todo el mundo, y aparecen movimientos alternativos como el feminismo y el pacifismo.
Por último EE UU se revela como una gran potencia mundial imperialista, que tiene la mitad de las reservas del oro mundial, aunque su tradicional actitud de no intervenir en la política internacional le llevará a no asumir su papel de líder internacional, hasta la segunda guerra mundial.

Estadísticas

Soldados aliados muertos

Soldados de las potencias centrales muertos

 Civiles muertos